¿EL PAYASO Y EL EVANGELIO O… EL PAYASO EVANGELICO?
“Así que somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros;
os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios” 2ª Cor 5:20
Se está volviendo muy habitual el ver publicaciones evangélicas donde aparece algún reportaje de campañas evangelísticas, “Presentando el evangelio”, a través de “mímica”, “teatro”, etc. Los unos lo hacen de modo “silencioso”, con la cara pintada de blanco y negro, como las televisiones antiguas, y los otros lo hacen a veces vestidos de payasos a todo color (estos, como las televisiones modernas) o cualquier otro personaje semejante, “entrando en escena” tropezando, riendo, saltando, y arrojando agua por medio de la flor de plástico que llevan prendida en su chaqueta. Son los llamados “evangélicos” del siglo XX. Pero, ¿qué dice el Señor de todo esto? ¿Tiene algo que decir? ¿Y el patrón apostólico?
2. Pedro, Crucificado.
3. Esteban, Apedreado.
4. Jacobo, Decapitado.
5. Felipe, Crucificado.
6. Mateo, Murió con una alabarda.
7. Jacobo (hermano del Señor), Golpeado, apedreado y le abrieron el cráneo con un garrote de batanero.
8. Matías, Apedreado y decapitado.
9. Andrés, Crucificado.
10. Marcos, Arrastrado y apedreado.
11. Tomás, Alanceado.
12. Judas, Decapitado.
Te imaginas a Esteban testificando del Señor vestido de conejito o de payaso? ¿Qué tal Pedro en el pórtico de Salomón como “mister sonrisa”? ¿O quizá Pablo en el Areópago de Atenas como “Pata-Chin”? ¡Requiere mucha imaginación y mucha ignorancia de la Biblia! Si tratas de representar al Altísimo, al que murió clavado en una cruz, al que hizo a profetas y apóstoles caer postrados en tierra ante Su presencia, eres culpable de irreverencia y de profanar cosas sagradas. Cuando Dios preguntó a Isaías: “¿con que me compararéis?”, la respuesta no fue: “con un payaso”. ¿Qué testificarán los profetas, los apóstoles y los mártires de la fe contra tí si sigues este camino de liviandad? El ilustre predicador bautista del siglo pasado, C.H.Spurgeon, dijo lo siguiente: “Creo que lo más condenable que puede hacer un hombre es predicar el evangelio como un simple actor y convertir el culto a Dios en una especie de función teatral. Tal caricatura es más digna del diablo que de Dios“. (C.H.Spurgeon, Ganador de Hombres, El Estandarte de La Verdad. p.60)